belle-monumento-amsterdam

Belle, un homenaje de Amsterdam a la prostitución

La prostitución siempre ha sido un trabajo marginado, vilipendiado y en muchas ocasiones incluso perseguido y prohibido. Todavía hoy, en buena parte del planeta, las trabajadoras sexuales deben vivir al margen de la ley, realizando sus servicios en las sombras. No se les otorgan derechos, como al resto de trabajadores, por el simple hecho de ofrecer el sexo como servicio. Es lo único que las diferencia de un fontanero o un diseñador gráfico. Su talento es el sexo, algo con lo que todavía muchos no se sienten cómodos. El tabú sigue vigente, y el estigma de ser trabajadora sexual está más vivo que nunca, por desgracia. A pesar de que en los últimos años se estén llevando a cabo avances y sean cada vez más los que aboguen por la regulación y liberación del negocio sexual, la solución parece aún bastante lejana. Y es que la sociedad sigue viendo con  malos ojos a las mujeres que se ofrecen sexualmente por dinero.

No siempre ha sido así. En la antigüedad, muchas culturas contaban con prostitutas “oficiales”, e incluso sagradas. Mujeres que trabajaban en  los templos y entregaban sus servicios sexuales a cambio de ofrendas para su diosa. Los puertos de toda Europa se llenaron de prostitutas en la Edad Media, y muchas de ellas llegaron incluso a ganarse un nombre y  una reputación. El trabajo de amante profesional seguirá estando mal visto, pero se ha expandido por todo el mundo, incluso en lugares donde no está permitido. En las sombras, estas mujeres siguen satisfaciendo a los hombres que lo necesiten. Y siendo musas de tantos y tantos artistas a lo largo de los años, de la pintura al cine, pasando por la música. ¿Quién no conoce la mítica canción Roxanne de The Police? Sting le cantaba a una prostituta de la que supuestamente se había enamorado de forma irresistible. Un nombre que ya ha quedado marcado para siempre, ligado al sexo… aunque no es el único. La encarnación de la prostitución toma el nombre de Belle para hacerse monumento en  las calles del bullicioso barrio rojo de Ámsterdam.

El trabajo sexual en Amsterdam

Capital de Países Bajos y una de las ciudad más animadas de Europa, Ámsterdam es considerada por muchos como el paraíso de la diversión al margen de la ley. Aquí podemos disfrutar de un poco de marihuana legal en cualquier coffee shop, o caminar por el famoso Barrio Rojo, el distrito de las prostitutas. El lugar se ha convertido en todo un reclamo turístico, un sitio ineludible en nuestra visita a la ciudad de los canales. Las chicas siguen mostrándose sugerentes en las ventanas de los prostíbulos y las sex-shop. Y no es algo nuevo, ya que parece que las primeras prostitutas llegaron a esta zona hace ya siete siglos, cuando la ciudad apenas empezaba a nacer. Desde entonces se han convertido en parte imprescindible de la misma, gracias también a que la prostitución es totalmente legal en Países Bajos.

Belle

Si  bien hay otros países donde la situación de las profesionales del sexo también se ha legalizado, seguramente no encontremos otra ciudad como Ámsterdam en todo el mundo. No solo se ha permitido la prostitución, sino que se ha enaltecido como algo propio y especial, incluso para atraer turistas. La normalidad con la que las prostitutas se exhiben en esta zona de la ciudad puede dejar a más de un sorprendido. Eso si no se topa antes con la estatua de Belle, considerado el primer monumento del mundo dedicado a las prostitutas. La talla, casi de tamaño natural y creada en bronce, se ubica en el propio Barrio Rojo, como no podía ser de otra manera, en las afueras de una antigua iglesia reconvertida en centro cultural. No deja de ser curioso que la primera estatua de una prostituta se encuentra fuera de un templo…

Belle fue diseñada por la artista local Els Rijerse, a petición de Mariska Majoor. Esta última desarrolla desde principios del siglo XXI una labor encomiable en la ciudad, a través de un centro de información sobre prostitución. Ayuda a las chicas que quieren iniciarse, a las que quieren dejarlo, y supone un verdadero bálsamo de autenticidad y veracidad en un tema tan convulso y difícil de tratar. La estatua se colocó en marzo de 2007, después de ser autorizada por el propio ayuntamiento, en un nuevo gesto de apoyo a este negocio. Desde entonces, Belle se ha convertido en uno  más de los muchos reclamos que los turistas tienen en la zona roja de Ámsterdam. Un lugar único en el mundo, en el que la prostitución no se oculta, sino que prácticamente se celebra.

Qué representa

La estatua de Belle representa a una joven prostituta de marcados encantos, que se muestra insinuante en el marco de una puerta. Una imagen habitual durante siglos en Ámsterdam, especialmente en esta zona roja. La elección del nombre fue idea de la propia escultural, Els Rijerse. Belle es simplemente un seudónimo que englobaría a cualquier amante profesional del mundo. De hecho, en la base del monumento encontramos una placa que anuncia “Respeto para todas las trabajadores sexual alrededor del mundo”. Un mensaje de solidaridad con esas mujeres que trabajan en condiciones mucho más precarias que las que existen en Ámsterdam. Un guiño a esas trabajadoras sexuales que habitualmente están marginadas, señaladas con el dedo acusador de quien seguramente luego vaya a pedirles un servicios.

Un homenaje a las trabajadoras sexuales

Belle representa no solo a las prostitutas que han trabajo y trabajan en el Barrio Rojo de Ámsterdam, sino a las de todo el planeta. Después de levantar miles de estatuas en honor a políticos, militares y dirigentes sádicos que han llevado la muerte y la guerra a todas las partes del mundo, ¿por qué no crear un monumento a esas mujeres que solo buscan trabajar y hacer felices a los demás a través del sexo? El monumento de Belle sirve para romper un tabú que todavía está muy arraigado en numerosas zonas del planeta, donde la prostitución no solo es ilegal, sino que está penada y perseguida, en ocasiones con la muerte. La cerrazón religiosa lleva muchas veces a condenar a estas trabajadoras que solo quieren sentirse escuchadas, hacer lo que les gusta y vivir tranquilamente. El trabajo sexual es un tema bastante polémico en toda Europa y América, pero al menos en estos territorios el debate ha podido abrirse, y ya se habla de ello.